miércoles, 26 de noviembre de 2014

LO QUE NO ES VERDAD EN "ANGELES Y DEMONIOS"

ALGUNAS CUESTIONES DE LA PELÍCULA QUE NO SON VERDAD

 yer fui al cine a ver “Ángeles y Demonios”, basada en la novela homónima del autor de “El Código da Vinci”. AyD me ha parecido muy previsible, aunque algo menos aburrida y no tan agresiva contra la Iglesia como la anterior, lo cual defraudará a muchos que vayan a verla para satisfacer sus prejuicios sobre los católicos. Con todo, la película está plagada de tópicos, grandes pifias y burdas mentiras, que desmerecen lo que podría haber sido una película interesante y demuestran que Dan Brown escribe sin recabar información, incluso para las cosas más fáciles, y además se inventa cosas pasándolas por hechos históricos ciertos para ensuciar la imagen de la Iglesia. Veamos algunos ejemplos.
(Advertencia, spoiler: aquí doy detalles de la película que es posible que prefieras no saber si quieres ir a verla. Tú decides.)
Empezaré por las pifias:
  • Se ve a un cardenal diciendo que no puede ser elegido Papa nadie que no pertenezca al colegio cardenalicio. Cualquiera con un poco de cultura religiosa sabe que cualquier varón bautizado que no tenga causa que lo impida (estar casado, estar mentalmente incapacitado…) puede ser elegido Papa, aunque no sea sacerdote.
  • Un gendarme vaticano le dice al protagonista que le llevará a Roma un avión del Vaticano. También se ve un helicóptero con el escudo de la Santa Sede. La realidad es que el Vaticano no tiene ni aviones ni helicópteros propios. La Ciudad del Vaticano sólo tiene un helipuerto desde el que el Papa hace pequeños desplazamientos con helicópteros que le facilita la Aeronáutca Militar Italiana. Todos los viajes del Papa en avión los hace en aviones comerciales facilitados por la compañía Alitalia.
  • Experimento en el Gran colisionador de hadrones (CERN): quieren generar antimateria y entre los científicos discuten si llevar a cabo un experimento o no, minutos antes de que empiece, como si experimentos de este nivel se improvisasen de esta forma. De todas formas, el libro es peor: en él, Dan Brown afirma que el CERN inventó Internet, cuando es de sobra sabido que lo crearon cuatro Universidadedes de EEUU en 1969.
  • Un tipo roba del CERN, como si nada, un contenedor de antimateria, la sustancia más cara que existe (62,5 billones de dólares el gramo). Con las medidas de seguridad que han de tener esas instalaciones, provoca la risa ver esto. Pero más gracioso es ver que el contenedor -que se alimenta de una pila- cabe en una maleta. En realidad almacenar antimateria requiere hoy en día grandes contenedores e inmensas cantidades de energía.
  • El protagonista, que es profesor de Harvard y experto en símbolos antiguos y en la “historia oculta” de la Iglesia, se queda en blanco ante un libro escrito en latín. Se lo tiene que traducir… ¡una titulada en física! La monda.
  • Alucinante ver a los dos protagonistas arrancando una página de un libro antiguo porque “no hay tiempo” para anotar una simple frase, sobre todo después de ver al protagonista diciendo que él es “antivandálico”.
  • El Camarlengo del Papa es un norirlandés. Por tanto, es ciudadano británico, pero sabe pilotar helicópteros porque ha hecho la mili en la fuerza aérea… italiana. Aunque esto fuera posible, en ninguna fuerza aérea ponen a un recluta a los mandos de una aeronave, algo reservado a militares profesionales, oficiales y suboficiales para más señas.
En fin, hasta aquí todo entra dentro de lo normal entre las películas de ficción, que a menudo contienen muchas pifias. Abordaré ahora un tema ya más criticable, pues la película presenta como hechos históricos ciertos lo que en realidad son grandes falsedades:
  • La secta de los Illuminati no surgió ni dentro de la Iglesia, ni durante el Renacimiento ni para promover la razón y la ciencia. Dan Brown ha reinventado sin más la historia de ese grupo. Esa sociedad secreta fue fundada en Baviera (actual Alemania) en 1776 con el objetivo de prohibir todas las religiones, promover el ateísmo como doctrina obligatoria, acabar con la familia, con la propiedad privada y con las naciones.
  • Los crímenes que la película imputa a la Iglesia en su lucha contra los Illuminati son, por tanto, falsos.
  • Muestra de la escasa preocupación de los Illuminati por la razón y la ciencia es un dato que no sale en la película, y es que uno de los más conocidos dirigentes de esa secta, el masón norteamericano Albert Pike, fue uno de los fundadores del Ku KIux Klan, otra sociedad secreta abiertamente racista y anticatólica.
  • Del mismo modo, ni Galileo ni Bernini (que murieron en el siglo XVII) fueron miembros de esa secta fundada en el último cuarto del siglo XVIII.
  • La película atribuye a Pío IX la destrucción por el propio Papa -cincel y martillo en mano- de los atributos sexuales de todas las estatuas masculinas del Vaticano. Una grandísima trola y una caricatura tan grotesca como falsa, como se puede ver en estas estatuas anteriores a Pío IX y conservadas en la propia Ciudad del Vaticano.
Siendo generosos, podríamos admitir esto como normal teniendo en cuenta que ha habido muchas películas (por ejemplo, las de la saga de Indiana Jones) que tergiversan hechos históricos aunque sea con fines más inocuos. Sin embargo, a diferencia de otras películas y al igual que “El Código da Vinci”, en “Ángeles y Demonios” estas falsedades históricas se emplean para respaldar una imagen deformada de la Iglesia Católica:
  • Se presenta a la Iglesia Católica desde una óptica conspiranoica, en la que muchas cosas se hacen en aras del poder, la ignorancia, el fanatismo, la venganza e intereses perversos. Dan Brown podría haber hecho una crítica más ponderada y objetiva de la Iglesia, pero ha preferido hacer una pobre caricatura, lo cual -por si no fuera poco con las falsedades que contiene- resta aún más credibilidad a esta película.
  • Se presenta a menudo a la Iglesia como enemiga de la ciencia. Cierto es que ha habido conflictos entre la religión y la ciencia, pero se obvia sin más que la cultura más desarrollada científicamente de toda la historia de la Humanidad ha sido precisamente la Occidental, en buena medida por el patrocinio financiero que durante siglos proporcionó la Iglesia a multitud de científicos. Fue en Universidades católicas surgidas por toda Europa donde el saber y la ciencia de la edad clásica se recopiló y se desarrolló ya desde la Edad Media.
  • Al comienzo se presenta al Papa fallecido como un “Papa progresista”, aplicando a la Iglesia adjetivos propios de un partido político, como si hubiese Papas progresistas, conservadores, liberales, socialistas o mediopensionistas. Esto no es serio, señor Brown.
  • Se ve en la plaza de San Pedro a unos católicos -entre ellos una monja- pegándose con manifestantes a favor de la investigación con células embrionarias, como si los católicos fuésemos pegando a los que no opinan como nosotros, y como si la plaza de San Pedro se convirtiese en una mezcla de manifestódromo y ring de boxeo cada vez que muere un Papa. Lo dicho: una pobre caricatura.

  • Se ve a un Cardenal indiferente ante el peligro que corren las vidas de los fieles congregados en la plaza de San Pedro por la inminente explosión del artefacto de antimateria. Se niega a recomendar su evacuación y confía sus vidas a Dios, dando una imagen de insensibilidad hacia la vida que contrasta radicalmente con la firmeza de la Iglesia en la denuncia de las guerras, de la pena de muerte, del terrorismo, del aborto y de todo atentado contra la vida humana.
  • La película adelanta la canonización de un sacerdote autor de varios crímenes. En esto a Dan Brown se le fue la pinza por completo: un proceso de canonización es algo tan riguroso y estricto que resulta evidente que Brown ni siquiera se ha informado de cómo funciona, incluso obviando que antes de la canonización está el paso previo de la beatificación. Le bastaría con haber preguntado a cualquier paisano en la iglesia parroquial más próxima.
  • Ante un desconocido, un Gendarme vaticano llama “fanáticos” a los de la Guardia Suiza, vamos, como si unos y otros fuesen hinchas del Celta y del Dépor.

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