miércoles, 2 de abril de 2014

SOBRE EL CONCEPTO DE YIHAD EN EL ISLAM



El concepto de Guerra Santa en el Islam
11/04/2003 - Autor: Abdul Rashid Solare - Fuente: Webislam
La violencia humana, por más que sea algo excecrable, es una realidad de hecho. Cualquier filosofía, cualquier cosmovisión que —como el Islam— pretenda ofrecer un modo de vida completo no tiene más remedio que hablar sobre el tema. El hecho detestable de la guerra genera numerosos problemas ante los que no pueden cerrarse los ojos, y que requieren una respuesta lúcida o al menos una posición clara.
La llamada Guerra Santa (yihád, combate) es casi lo único que tratan los medios con referencia al Islam, y en consecuencia lo primero que se asocia a nivel popular con los musulmanes. Todavía hay mucha gente que sinceramente cree que el carnicero de Saddam Husein, por ejemplo, se comporta según principios islámicos o representa al Islam; es una actitud tan ingenua como suponer que Hitler seguía los principios cristianos. Por eso, en una época en la que se intenta abrir el diálogo entre religiones, es imprescindible saber exactamente qué dicen las fuentes originales, qué dicen realmente los musulmanes conocedores, cuáles son sus ideales y patrones de pensamiento. Y es necesario que sean los mismos musulmanes los primeros en discernir la paja del heno, no teniendo reparos en señalar a quien, diciendo defender el Islam, de hecho lo socava por dentro y deteriora (a veces irreversiblemente) su imagen pública.
Antes de entrar directamente en tema es necesaria una aclaración de términos. Suele traducirse "yihad" por Guerra Santa, aunque éste fue un término acuñado más tarde, en la Europa medieval, para describir las empresas de los Cruzados. Es más exacto traducir "yihad" como "combate (o esfuerzo) por la causa de Dios", literalmente "en el camino de Dios" (lo cual implica métodos que no estén fuera de camino recto). Según algunos especialistas, como Annemarie Schimmel (1922-2003), "El concepto de guerra santa, tal como se traduce yihád en nuestros días, no es islámico" ("the concept of holy war, as jihad is nowadays usually translated, is un-Islamic!", en "Deciphering the signs of God", página 203).
Lo primero que es importante saber es que el yihad tiene dos facetas: se habla del "gran combate" y del "pequeño combate" (son tecnicismos que se remontan al mismo Profeta). El "gran combate" es el combate espiritual dentro del alma humana, dentro de cada persona, contra las propias bajezas, contra lo inferior. El "pequeño combate" es la lucha armada.
En este breve ensayo nos concentraremos en el "pequeño combate", porque así las circunstancias lo requieren.
1) Un versículo clave del Corán (2:190) recomienda: "Combatid por la causa de Allah en el sendero de Allah contra quienes os combatan, pero no os excedáis. Por cierto que Allah no ama a los transgresores = a los que se exceden." Es correcto también traducir "agredir" en lugar de "excederse". El versículo se refiere al combate en defensa del territorio islámico contra quienes de hecho intentan desalojar a los musulmanes de él. Pero esto no implica agredir a quienes no participan del ataque contra los musulmanes.
2) El objetivo de la lucha es repeler la agresión, no imponer la religión por la fuerza: "No haya compulsión en la religión" (o "No hay coacción en cuestiones religiosas") (Corán 2:256). Según el Corán, hay que "persuadir con la sabiduría y la bella exhortación" (16:125).
3) Cuando éste se produce, hay que mantener el combate dentro de sus justos límites (este es uno de los sentidos de "en el camino de Dios", es decir, no fuera de lo justo): "Si alguien os agrede, resistíosle en la medida en que os agredió" (Corán 2:194).
4) Se combate a quienes han demostrado ser los verdaderos enemigos,
a) agrediendo
b) expulsando a los musulmanes de sus moradas
c) aliándose con quienes cometen esto
"Allah no os prohíbe que seáis buenos y equitativos con quienes aun sin ser musulmanes no han combatido contra vosotros por causa de la religión, ni os han expulsado de vuestros hogares. Dios ama a los equitativos. / Lo que sí os prohíbe Allah es que toméis como amigos íntimos a los que han combatido contra vosotros por causa de la religión y os han expulsado de vuestros hogares o han contribuido a vuestra expulsión. Quienes los tomen como amigos, ésos son los impíos". (Corán 60:8-9)
5) La guerra no debe ser iniciada por los musulmanes. "Y si sois pacientes, ello es los mejor para los pacientes" (Corán 16:126). Algunos (Julio Cortés) interpretan de esta frase que la ley del talión es lícita, pero que se recomienda el perdón. Respecto a la ley del talión (tema que requeriría un artículo completo): ¡ojalá el mundo actual se limitara al "diente por diente"!, porque lo habitual es que "por cada uno de los nuestros que caiga caerán cinco de ellos". Lo cotidiano es la extralimitación. La ley del talión debe entenderse como límite a la venganza desenfrenada, y no como una obligación a matar. Aunque la reconciliación, si está realmente basada en la justicia, es preferible.
6) El objetivo de la lucha debe ser la paz y la justicia, y en tanto los agresores detengan la agresión, los musulmanes deben cesar la lucha. "Si cesan de agredir, no haya más hostilidades que contra los impíos" (Corán 2:193). La paz es la base de la convivencia, según se deduce de 2:208 ("Creyentes, entrad todos en la paz y no sigáis los pasos de Satanás") y de 8:61 ("Si, por el contrario, los incrédulos se inclinan hacia la paz, inclínate tú también hacia ella. Y confía en Allah, Él es el Oyentísimo, Sapientísimo").
6b) Es obvio que la finalidad del combate no debe ser conquistar botín, pero por si acaso el Corán lo previene: "Creyentes, cuando acudáis a combatir por la Causa de Allah, cuidado: no digáis al primero que os salude ¡tú no eres creyente!, buscando los bienes de este mundo" (Corán 4:94) Este párrafo se dirige contra la actitud "macartista" de quien, llevado por el deseo de saquear, ve enemigos por todas partes y pretexta luchar por una causa justa.
7) Se debe asegurar la libertad religiosa y de pensamiento, tanto para los musulmanes como para las minorías religiosas: "La persecusión del creyente es peor que el crimen" (Corán 2:191).
8) La regla principal de la guerra es la reciprocidad de acciones: agresión contra agresión. Pero en el Islam esto tiene un límite, pues los musulmanes no deben actuar con los métodos del enemigo, si estos son ilícitos (violar a las mujeres, mutilar a los muertos, ni siquiera devastar la Naturaleza, etc.). La matanza indiscriminada (por ejemplo a consecuencia de una bomba) está también vedada en el Islam.
9) Se debe pactar la paz en toda circunstancia para evitar la agresión, en tanto el enemigo se incline por ella, como hizo el Profeta en Al-Hudaibiiah (en marzo de 628. Según esta tregua se suspendían las hostilidades durante diez años, y no se autorizaba a los musulmanes a que entraran a La Meca ese año, pero sí al siguiente por tres días, para realizar su peregrinación).
10) En el Islam no se declara la guerra antes de haber dado a elegir a los sublevados o agresores potenciales (que han evidenciado actos de provocación tales como cortar caminos, despojar, matar a los no-agresores, etc.) entre tres alternativas:
a) aceptar el Islam
b) la concertación de un pacto
c) la guerra
La alternativa del pacto es de sustancial importancia, pues elimina de raíz la falsa opción "Islam o muerte", que sería con toda evidencia no un extremismo ni un fundamentalismo sino un desvío, una contradicción al propio islam.
Se conservan dichos del Profeta Muhammad respecto del combate:
1) Recomendando a Maadh Ibn Yabal cómo proceder: "No los combatáis sino después de haberlos invitado a escoger entre las tres alternativas. Si declinan vuestro ofrecimiento, no los combatáis antes de que hayan tomado ellos la iniciativa. Si la toman, esperad a que hayan matado a uno de vuestro hombres, y entonces mostradles el cuerpo del caído diciendo ¿no hay mejor medio que éste? Si Dios convierte a un sólo hombre por vuestro ejemplo, valdrá más que dominar el mundo entero". Algo similar le recomendó en distinta ocasión a Alí, uno de sus principales discípulos.
2) También dijo el Profeta: "Sed benevolentes con los hombres y pacientes con ellos. No ataquéis a vuestros enemigos antes de haberlos invitado a abrazar el Islam. Nada es mejor a mis ojos que veros convertir a los hombres, tanto sean ciudadanos como aldeanos o nómades. Esto es preferible a conducir prisioneros a sus hijos y mujeres, habiendo matado antes a los hombres."
3) Y también: "Marchad hacia adelante en el Nombre de Dios, con la ayuda de Dios y las bendiciones de su Profeta. No matéis a los viejos decrépitos, ni a los niños, ni a los muchachos, ni a las mujeres. No seáis exagerados y tomad cuidado con vuestro botín. Actuad rectamente y haced el bien, porque Dios ama a los que lo hacen". Complementariamente afirmó también: "Avanzad en el Nombre de Dios y por Su Causa. Combatid a los enemigos de Dios y no seáis exagerados, ni los traicionéis, ni los asustéis, ni los mutiléis, ni matéis a los niños".
Para finalizar, viene al caso recordar el versículo coránico que no sólo habla sobre el flagelo de la guerra sino, en general, sobre cuestiones sociales: "Allah no quita la carga a un pueblo hasta que ese pueblo se la quite a sí mismo".

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