EJERCICIO DE NAVIDAD
Vamos a realizar una “estampa de Navidad” que
nos sirva para reflexionar sobre su actualidad y verdadero sentido en nuestra
sociedad.
Para ello, tienes que incluir lo siguiente:
A)
Un dibujo o estampa relativo a un Misterio de la Navidad en la portada
B)
Responde a estas preguntas o haz una redacción sobre las respuestas
:
- ¿Cuáles son las esperanzas e ilusiones que hoy necesita el mundo y tú?
- ¿Crees que la Navidad tiene un sentido religioso en nuestra sociedad. Explícalo.
- ¿Sabes por qué y cómo celebran los cristianos la Navidad?
- ¿Por qué parece que la gente se siente más buena en Navidad?
- Señálame los aspectos positivos y negativos de la Navidad
C)
Crea o busca una frase relativa a la Navidad o un Acrónimo
D)
Busca o crea un pequeño cuento de Navidad (contraportada)
Y trata de decorar este trabajo con motivos
propios de la Navidad
Y algunos documentos.....
SOBRE EL ADVIENTO
http://www.youtube.com/watch?v=AfAb8oA-JrQ
UNA RECETA DE NAVIDAD
Ama. Ser feliz se reduce a esto. Ama sin miedo a
pasarte. Ama hasta sentir que duele. Ama aunque todo invite a no hacerlo. Ama
cada día como si nunca más lo fueras a poder hacer. Ama y sé tan feliz, que sin
decirlo, se te note. Ama aunque no te amen. Ama a quien nadie ama y todos
odian. Ama en cualquier idioma. Ama más a quien menos amas. Ama hasta que
sonría tu corazón. Ama aunque pienses que no avanzas. Ama el lunes negro, el
martes 13, el miércoles de ceniza, el jueves cualquiera, el viernes santo y el
sábado amargo, porque sólo así amarás el Domingo de Resurrección. Ama porque
todo lo podrás perder, pero el poder amar nadie te lo podrá quitar jamás. Ama,
y cuando ya no puedas más, sigue amando. Ama a quien nada tiene y nadie va a darle
nada. Ama en la certeza de que alguno ya te ha amado y te ama como jamás
comprenderás con una amor que llega hasta el infinito. Y no te olvides
nunca que : Donde no hay amor, pon amor, y sacarás amor
TEXTO DE NAVIDAD
Érase
una vez una pobre viejecita. Vivía cerca del desierto, donde moraban unos
monjes llamados "estilitas". Vivían acurrucados sobre columnas, día y
noche en oración.
La viejecita solía
compartir su pobre comida,-un poco de pan y leche de cabra-, con el monje más
cercano al poblado.
Pero un día le quiso
llevar algo especial: una cesta repleta de sabrosos racimos de uvas.
El monje se alegró mucho y
no encontraba palabras para agradecer a la anciana. Y ya se disponía a saborear
los jugosos frutos, cuando se acordó de su compañero que vivía a una hora de
camino por el desierto. -El sol y el viento del desierto le está resecando la
garganta-, pensaba- y necesitará refrescarse con estos racimos.
Y sin más, emprendió el
largo camino que le separaba de su compañero.
Cuando llegó, cansado, a
los pies de la columna, ató la cesta al cordel que el monje le había bajado
desde lo alto, luego se despidió con un amplio abrazo dibujado en el aire.
Al tener entre sus manos la cesta, el santo
varón dio un salto de alegría tan grande que casi se cae.
Pero, de improviso, se
quedó pensativo. Se acordó del monje que vivía en otra columna, a dos horas del
camino. -El sol y el viento del desierto está agobiando también a mi
compañero-, se dijo,- y necesitará refrescarse con estos racimos de uvas.
Y, sin pensarlo dos veces,
bajó y se fue a toda prisa hasta la morada de su amigo y compañero.
Pero la historia no
termina aquí. El mismo gesto de bondad y generosidad se repitió..una...otra...y
otra vez...por el inmenso desierto.
Y la cesta, repleta de
racimos de uvas, volvió a ser regalo refrescante para la vieja señora que vivía
en el poblado, cerca del desierto.
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